Estudio AFS – Hospitales para la nueva normalidad
AFS Arquitectos. Obras y proyectos de uno de los estudios líderes en arquitectura sanitaria. Cómo las nuevas tecnologías y la pandemia transformaron los edificios para la salud.
Por Paula Baldo, ARQ Clarín.
Arquitectura para la salud, los “esenciales” después de la pandemia
ENTREVISTA ESTUDIO AFS ARQUITECTOS
El impacto de la pandemia en la infraestructura hospitalaria desde la mirada de los socios de uno de los estudios más prestigiosos del país. Algunas certezas, nuevos requerimientos y la tecnología como aliada.
Liliana Font, Alfredo Sartorio, Javier Sartorio y Marcelo Fattorini encabezan un equipo de profesionales especializados en arquitectura hospitalaria. El Estudio AFS Arquitectos lleva más de cuatro décadas proyectando gran parte de los centros de salud de gestión pública y privada de Argentina, resolviendo la complejidad funcional y tecnológica que demanda este tipo de programa. Una experiencia que se puso a prueba en los últimos dos años cuando el Covid llegó para cuestionar casi todo.
Apenas iniciada la pandemia, los proyectos y obras que estaban en marcha, cualquiera fuera su estado de avance, se vieron afectados de algún modo y demandaron una revisión. El equipo de AFS debió resolver rápidamente los requerimientos que les demandaban sus clientes y, de alguna manera, revalidar estrategias que tenían bien aceitadas.
“Hubo una característica que en todos los casos resultó esencial para dar pronta respuesta al problema y fue la capacidad de adaptación de los edificios”, explica Liliana Font. Por ejemplo, para enfrentar la necesidad de generar distintos flujos circulatorios, cambiar el destino de los locales, o usar los sectores exteriores libres para generar nuevos espacios.
“Esta adaptabilidad, unida a la posibilidad de incrementar espacios bien ventilados, fueron esenciales en esos momentos críticos”, insiste Font.
El Sanatorio Anchorena San Martín (SASM), inaugurado en 2018, fue en cierto modo un “tester”. Se trata de un trazado claro de dos volúmenes, uno dedicado a la mayor complejidad médica y la hospitalización; y el otro, a la atención ambulatoria. Ambos alineados respecto a un interesante espacio abierto parquizado que, dos años más tarde, marcó la diferencia.
Para Font, “este planteo con ingresos diferenciados, una notable amplitud para circular, estar o estacionarse; y envolventes con plenitud de aire fresco permitieron indudablemente mejores respuestas a las demandas del Covid que los edificios compactos en áreas de alta densidad urbana”.
En algunos casos, como SASM o el Centro Médico Nordelta, se instalaron carpas y construcciones provisorias en los jardines o estacionamientos para crear espacios de recepción (triage y de espera, sin necesidad de utilizar la calle.
En los centros de salud que contaban con espacios de transición, semicubiertos y galerías la misma arquitectura resolvió el cobijo, la protección del sol y del viento. “Se notó una gran diferencia entre las instituciones que tenían ese recurso y las que no porque están totalmente entre medianeras”, coinciden los cuatro socios de AFS Arquitectos en la entrevista con ARQ
La necesidad de tener un acceso diferenciado por pacientes con sospecha de Covid, adultos y pediátricos, fue otro desafío a sortear por las circunstancias de la pandemia y que quedó para el mediano plazo.
Por ejemplo, debieron suspender la remodelación del servicio de guardia y el hall de ingreso del Sanatorio Mater Dei para adecuar el proyecto y responder con los cuatro accesos diferenciados que ahora se necesitan. “Nos lleva a estudiar un plan maestro para optimizar las otras superficies y generar más espacio físico para resolver las cuatro circulaciones. Van a tener que ampliar la superficie de la intervención”, explican.
En este momento, están realizando un relevamiento de las instalaciones y planean anexar un terreno lindero donde poder crecer y tener más recurso físico para resolverlo.
A ello se suma la gran dificultad de manejar las esperas de la gente donde han cambiado los factores de ocupación que venían trabajando.
En ese sentido, los especialistas advierten una tendencia hacia la descentralización de la atención que ya se perfilaba y se profundizó con la pandemia. “Al principio empezó con centros periféricos de consultorios.A medida que eso fue estableciéndose, los centros periféricos empezaron a complejizarse más, sumando cirugías ambulatorias e imágenes de alta definición. Porque la tecnología avanza, los procedimientos son más cortos y no tienen estadía”, acota Javier Sartorio. Por otro lado, la mayor oferta de atención de estos centros justifica la inversión, explica.
La Corporación Médica de General San Martín, un proyecto en desarrollo actualmente, es un ejemplo de descentralización a través de un centro para rehabilitación, consultas médicas y áreas administrativas.
En el centro médico Las Lomas de Nordelta se está trabajando en una ampliación de la consulta y área de diagnóstico pero, fundamentalmente, de la cirugía ambulatoria “con un claro objetivo de acercar la salud a la persona”, destacan.
Conservar la esencia
Más allá de las consideraciones particulares de estos últimos años, las pautas de diseño que aplican a su labor como proyectistas y directores de obra permanecen intactas: diseñar un espacio diáfano y estimulante que contribuya a la cura del paciente, que albergue procesos seguros y responda a su medio físico y cultural adecuadamente.
La capacidad de transformación del recurso físico, de cambiar el uso de un local en poco tiempo y con poca inversión, es otro objetivo esencial que persigue el estudio con diversos recursos. Uno de ellos es plantear núcleos de circulación diferenciados con la mayor separación posible para poder sectorizar más fácilmente la planta; y cambiar el tipo de atención por piso o por cuerpo.
Otro recurso es sumar “medio metro más” a la habitación para que las individuales puedan albergar dos camas si fuera necesario, y prever dos bocas en el poliducto.
En el período de la pandemia se activaron estudios de planes maestros para instituciones privadas, como fue el caso del Sanatorio Otamendi, donde se comenzó un plan de upgrade de la infraestructura general e ingresos, incluyendo mejoras a la accesibilidad. En paralelo, se hizo la recuperación de su fachada histórica.
Para la clínica San Camilo, el estudio trazó un plan maestro que incluye una manzana, y ya comenzaron los primeros movimientos de obra. En este caso la institución dispone de varios terrenos, lo cual simplifica, en parte, el diseño de un plan de crecimiento futuro y el traslado transitorio de algunas áreas para dar continuidad a la atención médica mientras se desarrollan los trabajos.
El diseño bioambiental es uno de los aspectos que ha profundizado en el último tiempo AFS Arquitectos. En ese sentido, el Sanatorio Finochietto abrió un camino al incorporar una batería de estrategias y sistemas sustentables.
El nuevo cuerpo del Hospital Alemán, el Edificio Juncal (ver pág. 16), es otra muestra del esfuerzo por bajar el impacto ambiental de su construcción y su gestión. Eligieron la certificación EDGE, implementada por el Banco Mundial especialmente para países en desarrollo.
“La decisión de aplicar a una certificación fue al comienzo del proyecto -destaca Javier Sartorio-. Con lo cual todo el proceso, desde el diseño, contempla mejoras de todo tipo para lograr ahorros significativos en el consumo de energía y de agua”. E impacta en la elección de los materiales para, por ejemplo, trabajar con calidad de envolvente”. En esta obra vale destacar el sistema prefabricado utilizado en los quirófanos.
Fecha de ´Publicación: 05/04/2022 – ARQ Clarín
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